Publicado por Edurne Uriarte
Cataluña es una anomalía planetaria, y la frase no es mía sino de Félix Ovejero, un intelectual catalán y de izquierdas, dos rasgos significativos para el objetivo de este post pues ya se sabe que si estas cosas, las que voy a escribir a continuación sobre los abusos de la inmersión lingüística de los nacionalistas catalanes, las decimos desde la derecha, nos ponen a caldo. Pero si las dice la izquierda, y, además, en El País, son mejor atendidas.
Y Félix Ovejero (“Un poco de aire ante la inmersión”, El País, 20 de diciembre de 2012), hace casi cuatro meses, y otra intelectual catalana, Mercè Vilarrubias, la semana pasada (“La inmersión lingüística en el contexto europeo”, El País, 1 de abril de 2013) han argumentado con datos contundentes lo ya sabido, las mentiras inacabables de los nacionalistas catalanes sobre su modelo de inmersión lingüística.
Primera mentira: su supuesta normalidad. Pues no, de eso nada. Como bien informan estos dos analistas, el modelo catalán basado en la imposición de una única lengua en una comunidad bilingüe es la excepción planetaria. No ocurre en ningún otro lugar del mundo. En el resto del mundo, o bien se aplican modelos bilingües o trilingües de enseñanza, o bien se ofrecen escuelas en ambos idiomas, por ejemplo, en Finlandia, y los padres eligen el idioma de enseñanza.
Segunda mentira: su carácter justo y democrático. De eso nada, tampoco. Argumenta Mercè Vilarrubias que una hipotética Cataluña independiente encontraría probablemente la oposición de Europa a su modelo de inmersión, contrario a todas las recomendaciones europeas y una excepción en este continente. Además decontrario a la doctrina de la UNESCO sobre el derecho a la educación en lengua materna.
Tercera mentira: la lengua de los catalanes es el catalán. Pues no, en términos de porcentajes mayoritarios, la lengua principal es el castellano. La lengua materna del 55% de los catalanes es el castellano mientras que el catalán es la lengua materna del 31,6% de los catalanes.
Cuarta mentira: La mayoría de los catalanes quiere que el catalán sea el único idioma vehicular de enseñanza. Tampoco. Recordaba Félix Ovejero que, cuando se ha preguntado a los catalanes en las encuestas del CIS, la mayoría optaba por el bilingüismo, y que quizá sea esa la razón explicativa de que las encuestas de la Generalitat jamás pregunten sobre esta cuestión.
Y quinta mentira: las sentencias judiciales quieren acabar con el catalán en la escuela. Je, je, la mentira es tan idiota que es impresionante que funcione, pero funciona, vaya si funciona. En base a esa mentira se declara insumiso ante las sentencias judiciales el Gobierno nacionalista catalán. Pero tales sentencias dicen algo bien distinto: que la enseñanza debe ser bilingüe y no puede eliminar el castellano como lengua vehicular. En definitiva, las sentencias intentan que Cataluña debe dejar de ser una anomalía europea y planetaria.
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