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martes, 16 de abril de 2013

Libros de texto que defienden los Països Catalans y descalifican el bilingüismo

Noticia publicada en "El Mundo" 16-4-2013

Los libros de texto que los institutos de Baleares eligen para impartir Lengua y Literatura Catalanas están llenos de contenidos adoctrinadores más propios de los discursos políticos que de un temario objetivo y fiel a la historia y la lingüística. Los adolescentes deben aprender que el bilingüismo es un «mito que impide la elección de la lengua dominada (el catalán)» y que «sólo los fieles a la lengua minorizada son bilingües».

La interpretación que dan a los estudiantes es que un «país» (así se refieren a la comunidad autónoma) que reivindica el catalán y castellano al mismo tiempo sólo quiere «enmascarar la realidad» porque «en realidad persigue impedir la elección de una de las lenguas que «están en conflicto».





La dicotomía de ambos idiomas, catalán y castellano, se presenta con papeles tan maniqueos como la «lengua dominante» (el castellano) y la «dominada» (el catalán). Y critica que quienes defienden el bilingüismo es para «salvar el monolingüismo propio y la mitificación del bilingüismo surge como respuesta al peligro que se podría ocasionar si la lengua dominada dejara de serlo».


Esta lección magistral se explica en la página 244 del libro de 2º de Bachillerato de Lengua Catalana y Literatura de la editorial Anaya, utilizado en muchos institutos baleares como, por ejemplo, el IES Joan Alcover.


El manual arremete contra los defensores de la protección de las modalidades lingüísticas (el catalán de las Islas y el valenciano) contradiciendo el artículo 35 del Estatuto de Autonomía de las Islas Baleares. Entiende que los blaveros o gonellistes son separatistas y partidarios del secesionismo lingüístico. En la página 382 dice de ellos:«Estos reductos pretenden dificultar el proceso de normalización, atacan la unidad y el nombre de la lengua, y defienden una supuesta lengua mallorquina».


La proclama catalanista prosigue defendiendo que «la designación del nombre ‘catalán’ y la unidad de la lengua, incuestionable tanto filológicamente como científicamente, se ha topado en Baleares y el País Valenciano con unos sectores minoritarios partidarios del secesionismo».


La página 248 criminaliza al castellano por ser la lengua de los «invasores» y advierte a los alumnos cómo poco a poco acaba ocupando los ámbitos de usos más importantes como la política, la economía, la cultura o religión hasta conseguir que «la lengua forastera se convierte en la oficial». Un proceso, advierte el libro de texto de Anaya, que «provoca un bilingüismo desequilibrado en el que sólo los hablantes fieles a la lengua minorizada son considerados bilingües y sufren la presión de las personas que la han abandonado por los prejuicios lingüísticos»

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