Publicado en http://libertadunico.blogspot.com.es/
Con el fín de reivindicar la independencia de Cataluña, el próximo 11 de septiembre se llevará a cabo una cadena humana que unirá Le Perthus (frontera con Francia) y Alcanar (límite con la comunidad valenciana) . Diez días antes ya deben de estar preparados los titulares que los medios subvencionados utilizarán independientemente de como funcione el evento: "Cataluña se da la mano por la independencia" "Más de dos millones de personas se enlazan por la independencia" "Mayor éxito del esperado en la cadena por la independencia" "Manos libres para Mas para organizar la consulta" "Cataluña ya ha hablado" y todas esas milongas que el periodismo subvencionado catalán repite cada vez que hay un acto soberanista.
Luego se hará algún recuento más exacto, se verá que la cifra es mucho, pero que mucho, menor, pero este dato se dará como una pequeña gacetilla y poniéndola en duda. No se dirá nada de los cientos o miles de autocares fletados ni del coste total de la operación que se sufragará, sin duda, con recursos de todos los contribuyentes (se habla de la contratación de 20 medios aéreos para obtener bonitas y rentables fotografías.)
No se destacará tampoco la similar organización de este tipo de eventos con las manifestaciones de adhesión que se regalaron distintos dictadores. En Barcelona tuvimos algún ejemplo con la manifestación de adhesión a Franco en el antiguo "moll de la fusta". Manifestaciones multitudinarias que también contaban con los correspondientes servicios de autocares y la movilización de adeptos al régimen.
El nacionalismo catalán ha venido fracasando contínuamente cuando ha intentado movilizar al pueblo por razones identitarias. Muchos tenemos en el recuerdo la fantochada producida entre 2009 y 2011 cuando se produjeron "consultas para la independencia" en distintos municipios de Cataluña. El mismo manto de olvido con que el nacionalismo lo ha cubierto demuestra el ridículo alcanzado. Hubo municipios donde las urnas se mantuvieron abiertas durante meses y podían votar menores de edad e inmigrantes no nacionalizados. Con todo ello el porcentaje de participación en ciudades como Barcelona fue menor del 20% (datos de los organizadores). En otras fue irrisorio.
Fracasada la vía exclusivamente identitaria (no se habían dado dado cuenta de que el apellido más habitual en Cataluña es García al igual que en Madrid, Valencia ó Córdoba.) el nacionalismo ha optado por la vía económica. Este camino es más sencillo y se encuentran rápidamente más conversos. En los últimos años la campaña "España nos roba", "tenemos un gran déficit fiscal" "fuera de España seríamos más ricos" ha calado en un importante porcentaje de la población. Ya no se trata de ser un país independiente por distinta cultura y orígenes, sino de ser independientes para ser más ricos. Se han llegado a decir verdaderas tonterías sin tener en cuenta el desastre económico, cultural y social que supondría la independencia con la consiguiente salida de la UE.
El hecho es que el 11 de septiembre se hará una cadena humana para conseguir que Cataluña sea independiente y con ello deje de ser solidaria con otras regiones de España. No importa el daño que se haga en la misma población catalana. A modo de ejemplo la carta al director enviada por un profesor de El Prat de LLobregat a El periódico. Se lamenta el profesor, padre de una hija, que la cadena ha dividido a la familia. Su hija ha decidido asistir a la misma y escribe textualmente: "Mi hija cogerá el autocar a las nueve de la mañana del día 11 para desplazarse a más de 150 Km de nuestro municipio. Y no sabe a que hora estará de vuelta."
Contínua el profesor: "Le pregunto la diferencia entre dar dinero para construir carreteras en Extremadura, en Canarias o en Letonia, territorios de la Unión Europea...y aún espero la respuesta."
Como catalán siento una cierta vergüenza al comprobar que la razón que realmente moviliza a una parte de este pueblo es la económica que va pareja a la insolidaridad. Vergüenza de los políticos que anuncian una Arcadia feliz cuando se consiga la independencia y vergüenza de los que se lo creen.
Lamentablemente son tiempos negros para la solidaridad en Cataluña. Aunque no todos los que vayan sean conscientes de ello, el 11 de septiembre se hará la "Vía catalana" hacia la insolidaridad.
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