Artículo publicado en Libertad Digital 11/9/2013
El escritor Mario Vargas Llosa ha combatido "siempre" el nacionalismo, una ideología que ha causado "millones y millones de víctimas" a lo largo de la historia, y por eso ha calificado este miércoles de "terrible" que en el mundo actual "el nacionalismo vuelva a sacar la cabeza".
El escritor se refirió a esta ideología al presentar en la madrileña Casa de América su nueva novela, El héroe discreto, en una rueda de prensa multitudinaria y en la que la mayoría de las preguntas se centraron en este libro con el que el autor reivindica la necesidad de tener principios y valores y de defenderlos, cueste lo que cueste.
Pero hoy es el Día de Cataluña y hubo alguna pregunta relacionada con ello y con la ideología nacionalista de una parte significativa de los catalanes. Vargas Llosa contó con excelente humor que su editora, Pilar Reyes, y su mujer, Patricia Llosa, presentes ambas en el acto, le habían "prohibido" hablar de otra cosa que no fuera del libro. "Hoy toca literatura", le habían dicho.
Como a su mujer le tiene "mucho cariño pero también mucho miedo", Vargas Llosa trató de dar "una respuesta literaria" a la pregunta de los nacionalismos. El escritor cree que el mundo vive "una situación fascinante, que es la de la globalización", con "el lento desvanecimiento de las fronteras, la integración de distintas culturas, tradiciones y religiones". Pero la globalización provoca "reacciones negativas", que tienen que ver con un fenómeno que describió "maravillosamente" el filósofo Karl Popper, que es el del llamado "de la tribu".
"Salir de la tribu es el comienzo del progreso, de la civilización". El individuo que se aparta de la tribu "adquiere independencia, soberanía" y, gracias a eso, se favorece "la democracia, los derechos humanos", opinó Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura. Pero "el llamado de la tribu nunca desaparece" y, en ciertas circunstancias difíciles, "es muy fuerte".
El nacionalismo "es el regreso a la tribu del que hablaba Karl Popper, esa abdicación de la responsabilidad, de la obligación de tener que vivir uno su propia vida y decidir en función de sus propias convicciones", agregó el autor de La fiesta del Chivo.
Por eso, el novelista considera "terrible" que en un mundo civilizado como el del último siglo, "y a veces en lugares tan avanzados y de tanto progreso, el nacionalismo vuelva a sacar la cabeza". "Ocurrió en Alemania, uno de los países más civilizados del mundo, y ha ocurrido en buena parte de la historia de Japón, otro de los países más civilizados", señaló.
El nacionalismo "es una carga de la que es muy difícil librarse", pero que hay que "combatir con enorme energía" si se quiere que haya civilización, concluyó el escritor.
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